Una deuda es un compromiso u obligación de pago a una persona física, una empresa o el estado. En términos económicos, la deuda hace referencia a la cantidad de dinero que se debe a un prestatario. Por ejemplo, cuando una entidad financiera concede una hipoteca a un ciudadano, éste contrae una deuda con su banco por el dinero prestado que deberá devolver junto a unos intereses que se pactan previamente.
Las deudas juegan un papel muy importante en las económicas nacionales ya que permiten la inversión en diferentes sectores, ya sean empresariales o personales. Que una persona pida un préstamo para comprarse un coche o una vivienda es bueno para el ciclo económico, el problema llega cuando no puede hacer frente a su deuda y se convierte en un moroso.
El vencimiento de la deuda estará marcado en el contrato entre el deudor y el acreedor, así como los intereses que se aplicarán en el caso de impago. En el caso de una hipoteca, la nueva Ley de crédito Inmobiliario aprobada en junio de 2019 establece los plazos para la ejecución hipotecaria, procedimiento previo al embargo de la vivienda.
Si el hipotecado dejaba de pagar en la primera mitad del préstamo (imaginemos una hipoteca de 20 años, en los 10 primero años), para ejecutar la hipoteca bastaba con que el cliente hubiera dejado de pagar tres meses. El nuevo acuerdo eleva los meses de impago para ejecutar la hipoteca (proceder a un desahucio) a 12 meses o el 3% de la deuda. Si esta situación tenía lugar en la segunda mitad de la duración del préstamo, las cuotas vencidas y no satisfechas debían equivaler a 12 meses. La nueva Ley establece que el impago tendrá que suponer el 7% de la deuda o haber un retraso en los pagos de 15 meses.
En términos macroeconómicos, las deudas son muy importantes para analizar el crecimiento económico, la inflación y la tasa de desempleo de un país.