Una hipoteca es un tipo de préstamo que financia la compra de una vivienda. La diferencia entre las hipotecas y los préstamos al consumo está en que en el préstamo hipotecario la vivienda hace de aval, por lo que en caso de no cumplir con las cuotas del préstamo el hipotecado se arriesga a perder la vivienda.
Pedir una hipoteca no es una tarea sencilla. El usuario hipotecado debe de cumplir unos requisitos económicos y entre ellos no debe tener deudas. La entidad financiera analizará la situación del solicitante y acudirá a la Central de Información de Riesgos del Banco de España. El CIRBE es un registro en el que figuran la inmensa mayoría de los préstamos, créditos y avales que los bancos españoles tienen con sus clientes siempre que sean superiores a los 9.000 euros. Aparecer en esta lista de morosos dificulta el acceso al préstamo, pero no lo hace totalmente imposible ya que hay entidades que conceden hipotecas a pesar de estar en el CIRBE.
Dentro de las hipotecas podemos encontrar tres tipos de préstamos: hipoteca fija, hipoteca variable e hipoteca mixta. Las hipotecas variables se caracterizan por estar sujetas a un índice que determina la mensualidad que el cliente debe pagar. El indicador más común de las hipotecas variables es el euríbor. De esta manera, si el euríbor sube le mensualidad de la hipoteca se eleva. Si por el contrario baja, el cliente pagará menos cuota mensual por su préstamo.
El cliente de la hipoteca variable suele firmar un tipo de interés al que habrá que sumarle el dato del euríbor en el momento que le toque revisar su hipoteca. Lo más común es que las revisiones de las hipotecas variables sean semestrales o anuales. La mayoría de las hipotecas firmadas en España son variables. Este tipo de préstamos están indicados para plazos máximos de 20 años, ya que es muy difícil predecir las fluctuaciones el euríbor a largo plazo.
Otra opción dentro del mercado hipotecario son las hipotecas fijas. Este tipo de préstamos suelen ser más caros, pero tienen la ventaja de que el cliente sabe siempre lo que va pagar de hipoteca. Las fijas son una buena opción para préstamos a plazos más largos que en el caso de las hipotecas variables.
La tercera opción que se puede encontrar en este tipo de préstamos son las hipotecas mixtas que combinan el plazo fijo y el plazo variables. En este tipo de hipotecas, el plazo del préstamo se divide en dos partes: la primera mitad del préstamo se paga en plazo fijo y la segunda en plazo variable.
La mejor opción antes de elegir una hipoteca u otra es analizar la situación financiera para determinar que tipo de préstamo nos podría interesar más. En este caso, es muy importante tener en cuenta el plazo al que la queremos contratar y si tenemos pensado hacer amortizaciones periódicas al préstamo para saldar nuestra deuda.